Beatriz de la Iglesia, coach y consultora

Entrevistas, La Pizarra

Una de las grandes dudas en las que vive envuelta la sociedad moderna es la siguiente: ¿qué es la felicidad? ¿Cómo puedo alcanzarla? Y es que no deja de ser uno de los grandes anhelos individuales de cada persona actualmente.

Ser feliz parece el objetivo que se marcan todo el mundo en su día a día. Llegar a alcanzar un estado abstracto y que, por el camino, genera únicamente frustraciones y, por tanto, el sentimiento contrario a la felicidad.

Beatriz de la Iglesia, coach y experta en la materia, visita la Pizarra de Formación para explicarnos en qué consiste este fenómeno que tan de moda se ha puesto y nos da tres pasos para, no solo alcanzarla, sino también mantenernos en ese estado.

En palabras de Beatriz, la clave para ser feliz es que esta no dependa de factores externos y ajenos a nosotros. Así como tampoco debe estar supeditada a la consecución de ciertos objetivos. Ésta se debe basar en una elección personal. Y, al basarse en una elección personal, podremos ser felices incluso en momentos de tristeza, porque la base de la misma se encuentra en la aceptación.

La felicidad no dura siempre

Partiendo de las premisas de Beatriz, se puede afirmar todo lo contrario, que la felicidad sí puede ser duradera y nos podemos mantener en ese estado.

Para Beatriz, la felicidad no es algo que tenga que ver con lo externo ni es algo que venga de la consecución de un objetivo. Porque entonces ligaremos esta felicidad a objetivos que, cuando alcancemos, no terminarán de satisfacernos porque enseguida querremos más. Y así entraremos en un bucle de infelicidad infinito.

Haciendo un símil de la situación, es como el caso del burro y la zanahoria. Vamos avanzando, avanzando y avanzando, pero nunca alcanzamos nuestra felicidad por más que queramos. Siempre va a haber algún elemento que lo impida.

¿Quiere todo el mundo la felicidad?

Aunque puede parecer que todo el mundo quiere ser feliz, la experiencia de Beatriz como coach dice todo lo contrario. Existe gente que se retroalimenta en su sufrimiento y se pone unas expectativas tan elevadas que son incapaces de alcanzar un estado de dicha.

¿Qué es la felicidad y cómo conseguirla?

¿Cuál es la base de la felicidad?

La felicidad para Beatriz es una elección personal y podemos estar felices incluso cuando estamos tristes. No deja de ser un estado del ser cuya base principal es la aceptación. Y una vez seamos capaces de aceptar que todo lo que nos sucede en la vida es conveniente para nosotros, más cerca estaremos de nuestro bienestar.

El ser humano tiene una tendencia victimista para justificarse ante todo aquello que no le sale bien. Es que me ha pasado esto por culpa de esta persona, me ha pasado lo otro por este motivo. Y así en bucle, sin asumir nuestra parte de responsabilidad nunca.

Gracias a la aceptación se puede alcanzar un estado de serenidad. “Si lo que me sucede conviene, está todo bien”, dice Beatriz.

Las fases de la felicidad

Beatriz nos propone tres fases para entender qué es la felicidad, cómo conseguirla y cómo mantenernos en ese estado:

  • Acepto lo que soy. Es el primer paso y fundamental. Quererse en el momento actual, con lo que tienes y con lo que no tienes es necesario para llegar a ser feliz. Porque, de otro modo, simplemente no se puede, y más si tratamos de aceptarnos a través de cumplir con ciertos cánones que son sencillamente inalcanzables.

Hay que ser conscientes de que todos, en tanto que personas, tenemos nuestras luces y nuestras sombras, y del mismo modo que tenemos virtudes, también reunimos una serie de miserias que debemos tratar con total naturalidad. Porque en esas sombras escondemos un potencial que hemos ido negando completamente.

  • En el segundo paso encontramos la aceptación de los demás. Este paso parece más sencillo. Especialmente porque nos hemos desarrollado dentro de una cultura en la que piropear a los demás nos resulta muy fácil. Nos sale casi de manera inconsciente.

Sin embargo, cuando se trata de piropearnos a nosotros mismos tenemos un problema de consideración, pensando que no somos humildes o que nos lo tenemos muy creído. Además, teniendo en cuenta la ley del espejo, es imposible que veamos en los demás algo que no vemos en nosotros mismos.

  • En último lugar tendremos que aceptar “lo que es”. Esto quiere decir que tenemos que tener cuidado a la hora de etiquetar las cuestiones que nos suceden. Por ejemplo, si nos acontece algo que etiquetamos de negativo, sufrimos y nos convertimos en las víctimas.

De la otra forma, si asumimos ese acontecimiento como algo positivo, nos convertimos en héroes, no sufrimos e incluso podemos extraer enseñanzas positivas de lo que nos ha ocurrido.

Pero esto no puede quedarse en una simple etiqueta. Aunque asumamos la situación de forma positiva, después hay que ponerse manos a la obra y trabajar para extraer esa enseñanza y aplicarla a nuestro día a día.

Y como dice Beatriz: “El sufrimiento siempre tiene que ver con aquello que no aceptas”.

La entrevista a Beatriz de la Iglesia, coach y consultora, en YOUTUBE…